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lunes, 17 de octubre de 2011

CRONICAS DE UN ROCKERO DE LA BOLA: SANTANA





Después de 23 años volvió el nativo de Autlán Jalisco a tierras del bajío, me hubiera gustado haberlo visto en aquella gira del 93 (Sacred fire), pero bueno nunca es tarde, mi boleto ya tenía algunos días esperando, ahí a un lado de la bocina de mi estereo viejo, el pase lo obtuve por medio de un crédito que me hizo mi cuñado Changolión, terminamos haciéndo tratada con un celular que ni era de nosotros, pero lo importante era conseguir el ticket.





Cuando salimos rumbo al concierto nos tuvimos que recetar mis cuñados y yo unas cuantas chelas para eso de llegar "bien", además porque dentro del estadio ya no compraríamos por lo caro y por otra parte la nochecita estaba fría y no era muy buena idea para tomar algo frío, por eso de las vueltecitas al w.c. Así que por eso decidimos llegar con una dosis ya aplicada.





Después de todo llegamos a buena hora, la fila avanzó rápido y me llamó la atención que no estaban revisando a nadie, eso fué bueno por una parte, porque con eso demostramos que habemos personas que nos sabemos comportar, que somos civilizadas, no como los que se dicen aficionados de un equipo de futbol y sólo van a los estadios a provocar broncas, bueno la diferencia es obvia, y por otra parte que malo porque de haber sabido, algo me hubiera llevado, no sé, como que una botanita y un tequilita para el frío que estaba haciendo; ya será para otro evento.





Antes de que saliera el grupo telonero, en este caso era el regiomontano Chetes, el cual tuvo una actuación discreta y respetable a la vez, esperabamos con paciencia y cerca de nosostros estaba un guardia de seguridad, como queriéndo tirar rostro con su compañera, una flaquilla media garra, y el fulano en mera pose que se le hacen las patas nudo en los escalones de las gradas y que azota el pobre, híjoles, no quisiera haber estado ni de broma en sus zapatos, se dió su buen madrazo y el ridículo que hizo me atrevo a decir ante mil gentes, pero de que nos reímos eso que ni qué, hasta vacilábamos de que con eso ya había valido la pena el boleto.





Santana sale por ahí de las diez y fracción, el intro fué corto y lleno de matices muy a su estilo, la canción con la que abrió el concierto fué el cover de AC DC "Back i n black", me gustó y me llamó mucho la atención, nunca me imaginé esa fusión, enseguida tocó un clásico esperado por todos "Black magic woman", ya para entonces estaba Carlitos con sus caras de orgasmo que suele hacer cuando toca la guitarra, Santana demostró además de ser uno de los mejores guitarristas del mundo que no es un gran orador, sus verbos marianos, llenos de amor y paz, que que el futuro promisorio, que Dios, que la igualdad, que bla bla bla llegaron incluso a impacientar al público, hubo un gran sector que silbaba, para mí eso fué de mal gusto porque si iban a ver al artista tenían que apreciarlo como el se quisiera dar a sentir a la gente, además como dice mi amigo el Ferong: "Son cosas que ya sabemos pero que nos gusta que nos las esten diciendo", bueno incluso se atrevió a decir que en México estaban a poco tiempo de legalizar la marihuana. Por cierto, a cada rato llegaba el petatazo.





No pudieron faltar las ejecuciones de : "Oye como va", "Europa" ,"Jingo", "María Mariana", los covers "Corazon espinado" y "Smooth", y mi momento fué cuando tocó "Samba pa ti", no sé, esa rola desde que estaba mocoso cada que la escuchaba me traía un sentimiento como de paz plena, el sábado no fué la escepción, además el panorama estaba ideal para disfrutar aquel pedazo de melodía, la mayoría de sus músicos son nuevos y en la batería trae a una morena de fuego, que se mueve muy bien para tocar los tambores, así se ha de mover......para lavarle los calcetines a Santana, porque dicho sea de paso era su vieja, la despedida fué digna de un gran artista, cerró y regresó al escenario por petición del público a deleitarnos unos minutos más de sus magníficos acordes, salimos en completo orden y satisfechos del toquín, iba con la intensión de comprarme una taza o una playera pero no había puestecitos, solo personas con unas mochilas que vendían algunas playeras, nos dirigimos rápido a la camioneta que estaba fuera de un negocio de llantas, el cuidador al parecer ya conoce a mis cuñados cuando dejan la camionetas en los partidos así que no batallamos por estacionamiento y no nos enfrascamos en el tráfico a la salida.






Al día siguiente todavía seguíamos con la enajenación y continuamos viendo videos y refrescándonos la garganta, ah y por supuesto haciéndo recuento de las cosas chuscas entre ellas la caída del señor vigilante...jajajajaja.


1 comentario:

ferong dijo...

Kalako, mi amigo, jeje; siempre chidas tus crónicas.

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